Un aspecto fundamental del bienestar de nuestras hijas es cómo se sienten respecto a su propio cuerpo. Como madres, es importante que le demos una vuelta, que repensemos esta área de su educación y crianza.
Tal vez no hemos tenido los mejores referentes, o el más favorable de los contextos, pero ahora nosotras podemos hacerlo diferente y dejar un mejor legado a nuestras hijas; ayudarlas a desarrollar una relación positiva y saludable con su cuerpo.
Te comparto algunos consejos para fomentar una imagen corporal sana y contribuir para que se sientan seguras y valoradas por quienes son, más allá de su apariencia:
- “No hables con tu hija sobre su cuerpo, salvo para enseñarle cómo funciona” María Montessori. Evita hacer comentarios sobre su apariencia, ya sean positivos o negativos, su cuerpo es perfecto tal como es, tu hija necesita saber que es valiosa por quién es, no por su aspecto.
- No critiques tu propio cuerpo delante de ella, esto puede influir en cómo ella percibe el suyo. Muéstrale que aceptas y amas tu cuerpo, así promueves una imagen corporal positiva.
- No hables del cuerpo de otras mujeres, enseña a tu hija a no juzgar ni comparar cuerpos para fomentar una cultura de respeto y aceptación. Liberarse de los juicios hacia una misma y hacia las demás es profundamente emancipador.
- Transmite la idea de que es mucho más que un cuerpo, valora sus talentos, habilidades y personalidad, anímala en sus proyectos y siempre destacando que su cuerpo es solo una parte de quién es y que no la define.
- No te pongas a dieta, ni le pongas a dieta. A estas alturas sobra decir que las dietas no funcionan, pero por si acaso: las dietas no funcionan. Lo que funciona es un estilo de vida saludable; alimentación, ejercicio, descanso y pensamiento adecuado, sin enfocarse en el peso.
- Enséñale a ser crítica, con las redes y los medios de comunicación, habla con ella sobre las imágenes que muestran, cuéntale que normalmente no reflejan la realidad, desmóntale el mito del cuerpo perfecto.
- Promueve una visión crítica para que no se sienta presionada por cumplir estándares irreales.
- Ayúdale a construir una autoestima sana para resistir a la presión estética y social. Una autoestima sana pasa por conocerse a una misma, enséñale a valorar su autenticidad y a ser fiel a sí misma.